Para la construcción de un edificio prestamos una gran atención a los cimientos, aunque sea la parte del edificio que no se valla ha ver, ni luzcan nada.
De esta forma en la plantación y siembra de un jardín debemos dedicar atención preferente a sus cimientos, que no son otra cosa que la tierra o suelo del jardín, con su doble función de soporte y alimento para las plantas.
Muchas personas gastan miles de pesetas en plantas, etc. y se resisten a emplear unos cuantos miles de pesetas en tierra vegetal, estiércol, labranza del terreno, etc., puesto que todo ello les parece prosaico, poco lucido.
El movimiento de tierras lo debe dirigir un experto que distinga perfectamente los distintos tipos de tierra, y que sepa determinar si la tierra existente en el terreno es toda ella aprovechable o bien parte de ella, y realizar las mezclas pertinentes para conseguir una capa de tierra adecuada y necesaria para las plantaciones y siembras ha realizar.
Calculo de la tierra necesaria, una persona medianamente versada en matemáticas, podrá calcular la tierra necesaria para su aportación, formación de parterres y desniveles diseñados en el jardín.
Los principales componentes del suelo desde el punto de vista físico son la Arcilla, el Limo, la Arena, la Caliza y el Humus.
Zona césped: Para la creación de un buen tapiz herbáceo, consideraríamos aceptable una aportación de tierra con las proporciones siguientes:
8% de arcilla 76% de arena 7% de caliza 9% de humus
Zona plantaciones: Para la plantación de arboles y arbustos, (siempre teniendo en cuenta la variedad y tipología de los mismos), consideraríamos aceptable una aportación de tierra con las proporciones siguientes:
10% de arcilla 72% de arena 7% de caliza 11% de humus